La odontología ha echado mano de muchos términos de otros sectores, por ejemplo cuando nos referimos a hilo, no nos referimos al hilo de costura, sino al hilo dental o al de coser tras una operación.
Lo mismo sucede con el barniz dental, que no, no es el que se usa para abrillantar la madera o las fresas dentales, que tampoco son ese fruto rojo con pepitas que nos gusta mucho a todos.
En la publicación de hoy, queremos enfatizar en el barniz dental, vamos a explicar qué es, ponerle un poco de contexto y en qué casos es bueno utilizarlo.
Barniz en odontología
El barniz en odontología, el barniz dental al que nos referimos, tiene también otro sobrenombre con el que se le conoce, barniz fluorado.
Este tipo de barniz o flúor se utiliza con mucha frecuencia para procedimientos de prevención contra la caries, ya que es altamente efectivo.
El motivo del uso de este barniz sobre el resto se debe a su manera de trabajar, es decir, cómo actúa y cómo se aplica para lograr los objetivos deseados. Pues bien, el barniz dental o el barniz de odontología trabaja de una manera continuada y lenta, algo que garantiza una mayor duración de su efecto protector, asegurando mejores resultados que otro tipos de sistemas,
Ahora bien, ¿por qué no utilizar siempre un barniz protector en vez de el típico bote de flúor que conocemos? Bueno, pues es muy sencillo, puesto que tanto su manera de proceder como eficacia sobre el paciente son distintas se debe tener un conocimiento previo.
El flúor que podemos comprar en el supermercado, o su tratamiento, lo podemos gestionar nosotros mismos, pues al final se trata de un enjuague bucal post lavado de dientes.
En cambio, con el barniz dental se requiere un proceso por parte del dentista de confianza y sus equipos médicos.
¿Cómo aplican los dentistas el barniz fluorado?
En el procedimiento de la aplicación del barniz dental se coloca un abrebocas para llegar a todos los dientes de una manera más cómoda y segura. Además, previamente se realiza una limpieza dental para eliminar el sarro y todos los posibles restos de bacterias que puede haber antes del tratamiento.
El siguiente paso es, una vez tenemos la superficie de los dientes apta para realizar el tratamiento se esparce la pasta, el barniz o como lo conozcas y posteriormente se aplica una pasada de hilo dental entre los dientes.
De ese modo nos aseguramos que el barniz dental se aplica correctamente entre los huecos de las piezas dentales.
Una vez nos aseguramos que este proceso ha finalizado, el paciente deberá estar durante aproximadamente cuatro horas sin ingerir ni alimentos ni bebidas, por supuesto tampoco deberá cepillarse los dientes, por motivos más que obvios, ni tampoco tocárselos.
Durante este proceso el barniz actúa, liberando el flúor, calcio y fosfato que lo compone, asegurando una protección extra al esmalte, idóneo para combatir la aparición de caries y recuperación del propio esmalte del diente.
Una de las ventajas que tiene el barniz dental es que es apto para todo tipo de pacientes, ya sea niños, adultos o personas mayores.