Seguramente la palabra depresor lingual te suene a chino y no se te ocurra cómo puede encajar un aparato con este nombre dentro del sector de los suministros dentales. Pues déjanos decirte que es algo que conoces muy bien.
Tal vez si le llamamos bajalenguas te de una idea más cercana a lo que es, y sino, podemos referirnos al depresor lingual como “el palito que se pone en la lengua”, sí, ese que tiene forma de palo de helado y que es utilizado tanto por los médicos como por los profesionales odontológicos con el fin de ejercer presión sobre la superficie de la lengua y así poder permitir realizar un examen de la boca y de la garganta con mayor exactitud.
De los depresores linguales podemos encontrar varios tipos que veremos más adelante, pero el que es más común y por lo tanto el más usado es aquel que como hemos dicho antes recuerda al palo de un típico helado.
La “anatomía” del depresor lingual se basa en tener forma de pequeña espátula, por normal general de un único material que es la madera y por lo tanto convirtiéndose en una herramienta desechable ya que es de un solo uso.
También los hay hechos en plástico y acero inoxidable, pero sí que es cierto que en ese caso requiere de una buena esterilización para asegurarse de que se puede reutilizar con todas la garantías.
Tipos de depresores linguales
Al principio de esta publicación hemos hecho mención a que, pese a que existen distintos tipos de depresores linguales, el más común en cuanto a su uso es aquel que está hecho de madera, con ambos cantos pulidos en forma redonda y más finito que un palo de helado.
No obstante, en el mercado existen mayormente 3 formatos: los depresores linguales de madera, los depresores linguales de plástico y los depresores linguales de distintos sabores, sí, incluso los hay con sabores.
Depresor lingual de madera
Como hemos dicho este es el cuyo uso está más extendido, su forma recuerda a la de una espátula pequeña y está hecho en madera al 100%
Depresor lingual de plástico
Los depresores linguales de plástico están hechos puramente de este material, y por lo tanto, tras un buen lavado, pueden ser reutilizados.
A diferencia de los de madera, que son todos iguales, estos pueden ser de distintos colores. Para hacerlos más amenos y de cara a los más pequeños, pueden tener forma redondeada en los extremos o por otro lado siluetas de dibujos.
Al constar de colores más vistosos son perfectos para pediatras y para los profesionales del sector de la odontopediatría. También el uso en la logopedia infantil de estos instrumentos está bastante extendido.
Depresor lingual de sabores
También existen los depresores linguales de sabores, para romper un poco con la rutina y esa sensación de tener una madera con cierta tendencia a provocar arcadas que son de distintos colores y sabores.
En sí, su función es la de ofrecer una sensación más amena y agradable en la boca, con sabor a golosinas o frutas y hacer pasar el momento incomodo como una simple rutina.