En las clínicas dentales es imprescindible el empleo de prendas y accesorios protectores. Se va a estar en contacto con sustancias que pueden ser infecciosas, por lo tanto, es necesario que todas las personas implicadas se protejan adecuadamente. Las gafas de protección son uno de los accesorios más importantes que se deben usar en odontología.
¿Para qué sirven las gafas de protección en odontología?
Son fundamentales para proteger a los profesionales de diferentes factores de riesgo. Cuando el dentista se quita las gafas protectoras se pueden encontrar en ellas pequeñas gotas de saliva o sangre que son casi imperceptibles a simple vista. Al utilizar este accesorio, quedará bien protegido de cualquier tipo de enfermedad que pueda tener el paciente.
A esto se le ha dado mucha más importancia con la aparición de la Covid-19, ya que el contagio durante la pandemia fue muy elevado. Sin embargo, es importante que siempre se usen a la hora de atender a un paciente, pues no es este el único peligro ante el que protegen.
En los diferentes tratamientos dentales también se utilizan aerosoles que pueden ser perjudiciales para la vista. Además, las lámparas emiten una luz que resulta dañina para los ojos si se está expuesto demasiado tiempo. Así que las gafas de protección en odontología son fundamentales para evitar diferentes problemas de salud.
Los principales factores de riesgo en las clínicas de odontología
En las clínicas de odontología existen diferentes tipos de riesgos a los que se enfrentan los profesionales que trabajan en ellas. Los más importantes son los siguientes:
- La luz que emiten las lámparas que se emplean para atender a los pacientes. Los rayos láser o los UV pueden dañar la vista si se está demasiado tiempo expuesto a ellos. Las gafas protectoras pueden evitar lesiones en este sentido.
- Líquidos que pueden llegar a los ojos del dentista. Además de que pueden ser dañinos por su composición, en ocasiones, también están a altas temperaturas, por lo que el peligro es doble.
- Saliva, sangre o cualquier secreción del propio paciente. Al estar tan cerca de la persona atendida y tener que manipular su dentadura, es lógico estar expuesto a este tipo de peligro. Utilizar gafas protectoras evitará que el dentista pueda contagiarse de algún tipo de enfermedad, por muy leve que pueda ser el contacto.
- Los desinfectantes y ácidos que se emplean en los diferentes tratamientos pueden llegar a los ojos por mala suerte. Esto causaría bastante daño a la vista.
Las principales características que deben tener las gafas de protección
Lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de elegir unas gafas de este tipo es que el profesional se debe sentir cómodo con ellas. Si son de buena calidad y protegen bien, pero el odontólogo no se siente a gusto con ellas o no puede ver adecuadamente, no servirán de nada.
Por otro lado, los materiales y el diseño de las mismas deben cumplir con altos estándares de calidad. Deben ser bastante resistentes a cualquier tipo de factor de riesgo de los ya mencionados y proteger bien toda la zona cercana a los ojos.
También es necesario tener en cuenta que hay líquidos, ácidos, disolventes, etc., que van a entrar en contacto con ellas. Por lo tanto, el material con el que estén fabricadas debe ser altamente resistente.
Las gafas de protección resultan imprescindibles en cualquier clínica odontológica. Los profesionales que trabajan en ella están expuestos constantemente a diferentes factores de riesgo que se pueden evitar gracias a este accesorio. Es fundamental que cuenten con ciertas características para que la protección que ofrecen sea la más adecuada.