Es muy frecuente encontrar por la calle o nuestro círculo de amigos personas que utilizan brackets. En ocasiones al ver a estas personas puede que nos preguntemos si los brackets duelen. Ya sea al llevarlos o cuando el equipo de dentistas y sus asistentes los ponen.
Primero, debemos entender qué son los brackets y cuál es su uso para poder entender un poco más en profundidad algo sobre estos hierros correctores.
Los brackets son esas piezas que se ponen en los dientes, las cuales pueden ser de metal, de circonio, de zafiro o porcelana. Se utilizan para corregir los posibles problemas dentales que pueden surgir durante el crecimiento de los seres humanos y corregir desajustes.
Normalmente los brackets se aplican en niños de edades de entre los 11 y los 16 años, ya que es en período del crecimiento cuando los dientes están tomando forma. Estos se recomiendan poner por tres principales motivos, asegurar una correcta mordida a la hora de ingerir alimentos, por motivos estéticos y para prevenir la aparición de enfermedades,caries y evitar la pérdida de dientes.
La colocación de los brackets no debe doler. También es cierto que en este proceso se combinan varios factores como el tipo de bracket, la salivación y la posición de la lengua. Elementos que pueden hacer este proceso más pesado, molesto y algo tedioso para el paciente, sobretodo si se alarga.
Colocación de brackets
El proceso de colocación de brackets es algo muy meticuloso y que como ya hemos visto, se ve afectado por varios factores externos. También la técnica para llevar a cabo este proceso puede variar.
Podemos realizar la colocación de los brackets de manera directa sobre el paciente o en unos moldes de máxima precisión extraídos de la mandíbula del paciente.
De cara a la implementación de la ortodoncia se debe limpiar los dientes con un cepillo y en ocasiones hacer uso de pasta especial para pulir, acompañar este proceso con la aplicación de un gel ácido y después removerlo. Con tal de asegurarnos que la capa de esmalte sobre la que fijamos cada bracket está completamente limpia.
Aplicar un gel ortofosfórico de calidad que no daña el diente y abrir algunos poros en la superficie del diente para ayudar a la retención. Una vez hecho esto removemos bien con agua a presión para que no queden restos y posteriormente lo secamos bien. Llegados a este punto se podrá proceder a colocar los brackets.
Es de vital importancia que se alinee bien cada bracket por motivos obvios, puesto que sino su efecto no tendría el resultado correcto. También se debe tener presente que no haya ningún tipo de impureza a la hora de aplicar cada elemento puesto que la sujeción se podría ver afectada y terminar cayendo.
Ligas para brackets
En el caso de los más pequeños, llevar un aparato ortodóncico en los más pequeños puede suponer una experiencia traumática o que genera inseguridad. Es por eso que gracias a las distintas ligas para brackets que encontramos podemos hacer de esta experiencia algo divertido.